martes, 27 de diciembre de 2011

Concentración en la cárcel de Navalcarnero


Este sábado 31 despediremos el año recordando a nuestros compañeros ante su forzado alojamiento provisional.  

Como es tradicional en todos los 31 de diciembre, este año volveremos a ir a las puertas de la cárcel de Navalcarnero a recordar a nuestros compañeros que no están solos, y que la lucha por la abolición de tan dantescos centros de exterminio sigue adelante. Porque las cárceles son para los pobres, para recordarnos las líneas rojas de la obediencia y la sumisión que no podemos pasar. Y porque solo somos pobres en términos económicos, allí estaremos. Este año, además, le mandaremos un mensaje a nuestro querido compañero Esmirri, encarcelado sine die simplemente por el hecho de ser antifascista.

Abajo los muros de las prisiones!
Concentración ante la cárcel de Navalcarnero
31 diciembre 2011
*11 de la mañana en renfe móstoles central
*12 de la mañana en el talego de Navalcarnero

¡¡ PRESOS A LA CALLE !!

Mato rebaja la violencia machista a "violencia en el entorno familiar"

La nueva ministra de Igualdad utiliza esta definición para referirse al último caso de una mujer asesinada por su pareja.

Noticia aquí

Menos mal que ha condenado el asesinato, de una forma ambigua y poco contundente la verdad. Con este Gobierno la cosa está jodida (Igual de jodida que estaba anteriormente el asunto con las legislaturas "socialistas") Desde aquí deseamos lo peor a todos los maltratadores y asesinos hijos de puta, y una cosa bastante clara es que es VIOLENCIA MACHISTA por mucho que maquillen y hagan pensar que estamos en una sociedad perfecta.

lunes, 19 de diciembre de 2011

Carta de un deportado

No quiero perderme la oportunidad de ser protagonista de estos nuevos tiempos que estrenamos, pero aún tengo pendiente dejar atrás la deportación

Todas las señales indican que se acerca la hora del regreso. Volver es el sueño íntimo y permanente de todo exiliado, así como el del preso es pisar nuevamente las calles y abrazar a sus seres queridos.
Va terminando este tiempo marcado por distancias y barrotes donde dejamos lo mejor de nosotros empeñados en resistir a pesar de los malos augurios. Hemos llegado hasta aquí casi enteros, que ya es bastante, aún mantenemos intactos los sueños de conquistar el horizonte y la libertad, aunque en este largo recorrido hayamos ido perdiendo amigos y compañeros que siguen viviendo en nuestros recuerdos.

Me anuncian nuevos senderos, y seguir andando es nuestro destino y nuestra vocación. Ahora toca construir día a día entre muchos esa sociedad justa y llena de futuro a la que aspiramos, a la sombra del rojo, verde y blanco de la bandera que nos representa.

Sin embargo, aún nos queda la tarea de cerrar adecuadamente la puerta del pasado reciente, volver a casa y curar heridas, sin olvidarnos de recopilar todos y cada uno de nuestros recuerdos y vivencias para que otras generaciones no tengan que repetir los mismos senderos dolorosos de la guerra.

Me pregunto qué ha supuesto para mí la deportación. Cómo expresar en breves palabras ese sentimiento de alejamiento, ese desgaste interminable o la lucha permanente para preservar y retroalimentar mi razón de ser y de vivir. Esta particular pelea contra el tiempo y las nostalgias se ha convertido a fuerza de costumbre en un ejercicio similar a respirar y recibir los amaneceres.

La deportación ha entrenado todos mis sentidos para mantener intactos los frágiles hilos que unen mi corazón a una tierra lejana habitada por la gente que amo, y al mismo tiempo seguir luchando silenciosa y anónimamente por mi país.

La espera ha sido tan larga que casi he perdido la cuenta. Han pasado ya 28 años desde aquel frío 10 de enero de 1984 en que me arrancaron de entre los míos para castigarme con el destierro a lugares lejanos y extraños. Cárcel, atentados del GAL, chantajes, deportaciones, entregas... marcaron aquellos años de plomo, pero todo formaba parte del mismo empeño y del mismo objetivo: quebrar nuestra determinación de resistir y luchar. Sin embargo, el tamaño y el poder del contrario no siempre determinan el resultado. Nuestra mejor arma siempre fue la fuerza de voluntad, por eso hemos llegado hasta aquí. No dejarse vencer, en medio de las adversidades, es ya en sí mismo una victoria.

A la hora del recuento obligatoriamente tengo que nombrar otro país, otros símbolos y otras personas que me acogieron en momentos difíciles y me ofrecieron su apoyo para sobrellevar mis penas y mantener mi aliento. Si los vascos hemos sido un pueblo viajero a través de la historia, a mí me ha tocado ser, por derecho propio, vasco-cubano. Esta isla se ha convertido en una patria adoptiva para mí, por eso guardo en mi pecho un espacio principal a la bandera de la estrella solitaria. En esta tierra calurosa, rodeado de mar, he desarrollado una parte fundamental de mi vida; aquí formé familia, estudié, trabajé e hice amigos, aquí he sembrado cariño y he recibido afecto, y es justo ser persona agradecida y solidaria.

Recibo mensajes lejanos, ecos que me anuncian la hora del regreso tantas veces soñado. No sé cuándo será, pero mi corazón late fuerte de nuevo, como si fuera joven. Se acerca el momento del reencuentro, de abrazar de nuevo las razones de mi vida, mi país distante y mi gente.

Cuento los días que faltan, sin que me importe la espera final ni sus plazos aún imprecisos. Mi fuerza y mi inteligencia aún están dispuestas para aportar en este nuevo camino, escogido por voluntad propia y colectiva, en el que tendremos que aprender a abrir y construir futuros de libertad entre dificultades e interrogantes.

No quiero perderme la oportunidad de ser protagonista, uno más entre muchos, de estos nuevos tiempos que estrenamos, pero para eso aún tengo pendiente dejar atrás la deportación. Convertir, entre todos, el exilio y la cárcel en cosas del pasado es, pues, tarea urgente, pero no me cabe duda de que lo vamos a conseguir más temprano que tarde. Después quizás extrañaré Cuba, mis amigos de aquí, sus paisajes, mis recuerdos y su clima amable, pero eso ya será parte de otro capítulo de la historia de mi vida.

Extraído de Gara

jueves, 15 de diciembre de 2011

Siareirxs Galegxs: 15 anos luitando polas selecçons nacionais

Siareirxs Galegxs celebra o seu XV aniversàrio no Concelho de Teu, o 23 de dezembro, onde terá lugar umha manifestaçom nacional, o jogo de futebol Galiza - RASD (República Árabe Saaraui Democrática) e o concerto de Invivo (Metal-cru desde Compostela), Contra as Cordas (Hardcore desde Ourense), Bastards on Parade (Punk-Folk desde A Corunha) e Opcio-K 95 (Punk-Oi! desde os Països Catalans). Haverá também um aberto de bilharda da autêntica, luita galega, umha carpa DJ e um espaço saaraui com diferentes actividades.


Juan Castellanos, guerrillero en Cuba con el Che y en Argentina con Masseti

Entrevista con uno de los cubanos integrantes del Ejército Guerrillero de los Pobres, la guerrilla enviada por el Che para preparar su ingreso a Argentina




¿Qué recuerdos tiene de su infancia en Cuba?

–Mi papá era peón agrícola; apenas ganaba para comer. Mi mamá era ama de casa; lavaba y planchaba para la calle, “despalillaba” tabaco y hacía el dulce de leche que yo vendía a los ocho años. Todos los días comíamos “sota, caballo y rey”. Eramos cinco hermanos, y aunque sólo los dos más chicos íbamos a la escuela pública, ella no podía comprarnos el uniforme. Un día me dijo: “No quiero que tu hermana sea prostituta ni criada”. A los 11 años tuve que dejar de estudiar, pero me gradué en la universidad de la calle. Fui comerciante y cuentapropista hasta que me fui para la Sierra Maestra.

–¿Qué fue lo que cambió en usted al leer “La Historia me absolverá”, texto donde Fidel Castro emprende su propia defensa mientras es juzgado por el asalto al cuartel Moncada?

–La Guardia Rural y la policía les pegaban a los trabajadores y a los campesinos. Nunca me gustaron las injusticias, aunque en realidad era un analfabeto político. Pero el asalto de Fidel al Moncada me golpeó. En ese histórico alegato Fidel hizo un recuento de lo que sucedía en Cuba. Y me metí de lleno en el Movimiento 26 de Julio.

–¿Cómo llegó a reunirse con el M-26?

–Viviendo en Camagüey me fui por mi cuenta a la sierra. Pero cuando llegué me viraron para atrás porque no llevaba armas. Entonces regresé a buscar dos fusiles 22. Cuando iba a subir me mandaron para Santiago de Cuba, donde estuve en la clandestinidad hasta el 2 de febrero de 1958. Como premio por unos trabajos que hice en una habitación secreta y soterrada donde se guardaban las armas, me mandaron para la Sierra Maestra, donde estaban las tropas de Fidel. Ahí conocí al Che.

–Aunque se había encontrado con el hombre que acompañaría en la victoria, la primera impresión del Che lo decepcionó.

–En Cuba conocíamos a Hugo del Carril, Carlos Gardel o Luis Sandrini, porteños que en las películas decían: “¿De qué te la das?”. Esa era la impresión que teníamos de los argentinos.

–¿No encajaba en esa imagen? ¿Qué pensó al verlo?

–¿Cómo era posible que hablara pausado y bajito cuando los argentinos lo hacían fuerte y claro? Además, era delgadito. Aunque lo hacía más alto, teníamos la misma estatura. Tuvimos varios choques, porque, cuando creo tener la razón, no me callo. Pero él sabía escuchar. Me dejaba protestar, y cuando no convenía lo que uno pensaba, me decía “cállate”.

–Más allá de las jerarquías (y los choques) trabaron una profunda amistad.

—(Alberto) Granados pensaba que yo era uno de los cubanos que más lo habían interpretado como persona. Parece que el Che vio en mí alguna madera. Aunque trabajaba, me gustaba el ron, era mujeriego y jugador. Cuando lo conocí dejé todas esas cosas, menos las mujeres y el ron (risas).

–¿Cómo comenzó en la guerrilla?

–Pertenecía a una escuadra que más tarde pasó a ser la columna invasora del Che. Las fuerzas de Batista habían comenzado una gran ofensiva con diez mil efectivos. Nosotros seríamos 300. El problema de la guerrilla no es combatir sino sobreponerse al frío, al hambre, a las largas caminatas, al peso de las mochilas. Si uno era cobardón, cuando empezaban los tiros se te quitaba el miedo.

–En cierta ocasión, el Che lo castigó por abandonar su escuadra sin permiso.

–“¿Qué hacés acá? ¡Mandé a tu escuadra a una misión y vos estás aquí!”, me dijo. Esperó a que regresaran mis compañeros y me hizo un juicio. De la Sierra Maestra salí desarmado y como enfermero, porque sabía aplicar inyecciones. Le pregunté: “¿Che, usted cree que pueda ganarme nuevamente el fusil?”. Yo no había ido a la Sierra a cargar mochilas, lo haría si volvía a ganarme el fusil. Entonces dijo: “Quédate ahí que sos útil”. Y ahí me quedé. Empecé de chofer del Che en Cabaiguán. En Santa Clara me puso como jefe de la Comandancia. Camilo (Cienfuegos) estaba atacando Yaguajay. Regresábamos de allí cuando el Che me preguntó: “Si quedás vivo, ¿qué pensás hacer?”. “Irme para el carajo porque no me gusta que me manden tanto”, contesté. Pero me la guardó.

–¿Por qué dice que “se la guardó”?

–Cuando terminó la guerra, vivíamos con el Che en La Habana, en la misma casa. Un día me dice: “¡Por fin te vas para el carajo!”. “Si usted cree que soy útil me quedo, si no, me voy”, respondí. Como no contestó, me quedé.

–¿Recuerda el día que entraron a La Habana?

–La escolta del Che éramos (Harry Villegas Tamayo) “Pombo”, sobreviviente de Bolivia; Hermes Peña, que murió en Salta; (Jorge) Argudín, quien actualmente está en La Habana; y yo. Nos acompañaba Aleida (March). Llegamos en un Chevrolet que tomamos a los servicios de inteligencia de Santa Clara. Durante el viaje a La Habana el Che nos había nombrado jefes de escuadra. A Villegas lo puso de jefe de pelotón (el jefe de escuadra era primer teniente, el de pelotón era capitán y el de columna era comandante: los tres grados militares que había en la guerrilla). No nos advirtió que ya éramos oficiales.

–¿Y cómo tomaron la ciudad?

–Aunque Batista se había ido, el 1º de enero combatimos en Santa Clara. Fidel había hablado con el Che para que le avisara a Camilo que se adelantara a tomar Columbia (N. d. R: Fulgencio Batista residía en esa ciudad y desde allí escapó hacia República Dominicana en avión). Al Che le dijo que fuera a tomar La Cabaña, segunda fortaleza en importancia de la capital. Camilo entró a la ciudad en la madrugada del 2 de enero y nosotros en la madrugada del 3. El 8 llega Fidel a Columbia (hoy ciudad Libertad), que ya había caído. Así fue como nos apoderamos de La Habana.

–¿La visita a Tropicana existió realmente o fue parte de un cuento que el mito de la Revolución Cubana echó a rodar?

–Yo fui el de la idea de visitar Tropicana. Cuando el Che se dormía, le robaba el carro y nos íbamos al cabaret. A Pombo y a mí nos metió cinco días presos por robarnos el carro. A Hermes y a Argudín tres. Un día le pregunté a Pombo por qué nos metía cinco días, y a los otros, tres. “¡Mira que sos bruto, Alberto! Tú y yo tenemos séptimo grado y somos del pueblo. Ellos son semianalfabetos y de la Sierra Maestra”, respondió.

–Luego el Che le dio a usted una casa en La Cabaña, donde se celebró una boda.

–Me preguntó si podía casarse allí. Le dije que cómo no iba a poder hacerlo si me había asignado la casa. En la boda estaban Raúl (Castro), Fidel y Camilo y todos los comandantes que viajaron en el “Granma”. Yo era primer teniente, nada más. Me llaman a la hora de firmar; estaba por fuera del grupo. El Che había elegido como testigos del casamiento a Fidel, Raúl y a mí.

–Por lo que comenta, fue una reunión íntima. ¿Cómo fue la ceremonia?

–Muy sencilla. Me quedé con todo lo que sobró (risas). Una vez, registrando una casa, encontré dos cajas de sidra. A Aleida, que iba con nosotros, le digo: “Vamos a hacer un negocio. Agarro una caja, porque me voy a casar, y te guardo otra para cuando tú te cases”. El día de la ceremonia Camilo me preguntó qué tenía para la boda. “Una caja de sidra que me robé, si el Che se entera caigo preso”, dije (risas). Camilo pidió a los otros comandantes que llevaran cerveza. La fiesta se celebró con esas bebidas y una torta.

–¿Qué tareas desempeñó cuando la Revolución empezaba a consolidarse?

–El Che comenzó a dirigir el Banco Nacional y tuvo que dedicarse más a la burocracia que a la acción. Lo único que hacía yo era joder. Un día le dije: “Doy la vida por usted, pero estar todo el día aquí sentado no me gusta”. Le conté que había sido comerciante y le pedí que me pusiera en una fábrica. Terminé como administrador de la Fábrica Cubana de Tejido. Luego me envió a estudiar a la Escuela de Administradores del Ministerio de Industria, que él había creado. En el ’62, estando en la escuela, le cuento a Villegas que iba a ver al Che porque me parecía que se iba. Villegas me dice: “Le avisas que también me voy”. Le pregunté al Che: “¿Cuándo se va?”. “¿Por qué me preguntás eso?”, quiso saber. Insistí: “Hermes está desaparecido y usted es el único que sabe dónde está. Vengo a decirle que me voy con usted a cualquier lado”. “Vamos a tenerlo en cuenta”, contestó.

–Cumplió con su palabra cuando lo mandó a llamar un año más tarde.

–En agosto del ’63 estaba de guardia en la Escuela de Oficiales de Matanza. Era domingo. A las doce de la noche llegó un telefonema. Tenía que ver al Che en el Ministerio de Industria. “¡Coño, si no me he emborrachado el fin de semana ni me he escapado con nadie! ¿Para qué carajo me manda a buscar?”, pensé. Llegué asustado. Le pregunté a (José Manuel) Manresa, jefe de despacho, si había algún problema. “Que yo sepa, ninguno”, dijo. Lo primero que me preguntó al entrar fue: “¿Recordás hace un tiempo lo que me prometiste? Recordá”, insistió. Enseguida le pregunté cuándo nos íbamos; me cortó diciendo: “Párate, que son veinte años peleando y vos estás recién casado y embollado (enamorado)”. Al rato lo convencí y me indicó: “Vas a ir a un lugar y vas a encontrar gente conocida. No te vayas a disfrazar de indio porque no lo sos. Inventa un cuento bastante verosímil para que te le pierdas un tiempo a la familia y no estén jodiendo por aquí. Y vas a ser el jefe hasta que llegue”. Me adelantó que Villegas no me acompañaría porque adonde iba no había negros. En el entrenamiento tuve que imitar la firma del pasaporte de Raúl Dávila Sueyro, un muchacho peruano que estaba estudiando en Cuba.

–¿Qué itinerario siguió hasta llegar a Argentina?

–Viajé hasta Praga donde agarré el pasaporte de Dávila. Luego fui a Roma, Lisboa, Dakar, Río de Janeiro, San Pablo, Curumbá, Santa Cruz de La Sierra, La Paz y Cochabamba. En Tarija contacté a (Jorge Ricardo) Masetti, a quien conocía de La Habana. El y Hermes eran los únicos que sabían quién era yo. Aunque fui segundo jefe y jefe de la escolta, me incorporé al EGP (Ejército Guerrillero del Pueblo) como aspirante a combatiente. Mi misión era esperar al Che en Bolivia. El venía en el ’63 para pasar a Argentina.

–¿Cree que hubo un exceso de confianza en el desembarco del EGP en Salta?

–Cometimos el error de mantenernos siempre en una zona. Eso le permitió a la Gendarmería detectarnos y prácticamente aniquilarnos. Reconocíamos el terreno y hacíamos cuevas para guardar alimentos. Sabíamos que una vez que comenzáramos a operar, íbamos a tener que andar escondiéndonos y huyendo hasta que pudiéramos dominar un territorio libre, para conectarnos con la retaguardia.

–Pero fueron detenidos sin poder afianzarse del todo en una zona determinada.

–Esperábamos a un grupo de compañeros cuando Henry Lerner me dice: “Vamos a La Toma”. Enrique Bollini manejaba el rastrojero. Al salir de unos árboles, en el camino chocamos con una patrulla que iba de civil. “Me jodí”, pensé. Querían saber dónde estaban los demás. Les explicamos que andábamos solos, cazando. El río estaba crecido. “Nos van a fusilar”, le dije a Henry. Nos ordenaron que nos sentáramos. Cuando observé que nos iban a montar en los camiones, le pedí a Henry una dirección en Córdoba que no comprometiera a nadie. “Sol de Mayo 125”, susurró. Nunca lo anoté. Eso fue el 4 de marzo de 1964, sobre las seis y media de la tarde.

–¿Sólo con esa dirección justificó su presencia en Argentina?

–Cada vez que me daban una paliza, daba una nacionalidad distinta. Primero era español, después mexicano, hasta que dije que era peruano. Les di la dirección de Córdoba, donde funcionaba un albergue de estudiantes universitarios. Con el nombre que di Interpol confirmó la existencia de Raúl Moisés Dávila Sueyro.

–En el penal de Villa Las Rosas, usted protagonizó una huelga de hambre porque fue encarcelado sin haber sido acusado de ningún delito.

–El fiscal Alberto Velarde no quería acusarnos y le metimos una huelga de hambre de ocho días. (Arturo Humberto) Illia estaba de presidente. La prensa comenzaba a hablar de los guerrilleros en huelga de hambre. Hasta que Velarde nos acusó. El general (Julio Argentino) Alsogaray nos entrevistó y nos dijo: “Ustedes se salvaron porque el jefe del Regimiento los presentó ante la prensa”. Al llegar a Orán, el jefe del Regimiento llamó a los periodistas. Fotografiaron a (Oscar) del Hoyo, a Fernando (Alvarez), que acaba de incorporarse, a dos “pungas” que nos infiltraron, y a mí. Uno de los prisioneros era Federico Frontini, hijo de un abogado y periodista de Buenos Aires. Henry Lerner era hijo de un comerciante de Cosquín. Uno de los muchachos infiltrados dijo: “Les presento al primer cubano”. “Yo no soy cubano, soy latinoamericano”, me salió.

–Habrá pensado que había llegado al final.

–En los interrogatorios me enseñaron una foto de Fidel, me preguntaron si lo conocía. Dije que no. Después me enseñaron una foto del Che. “No lo conozco, sé que es el Che Guevara pero nunca lo he visto.” Así me mantuve siempre. Hubiera sido un buen boxeador. Mira que me pegaban y no me tiraban al piso. Salí fortalecido porque a golpes no hablo. Me podrían haber ofrecido dinero para que los traicionara pero no tengo precio. Son momentos en los que se prueban las bases de los principios; te das cuenta de que eres capaz de morir por una idea.

–¿Cuándo supo que Hermes Peña había muerto?

–Me dan una paliza grande. Al amanecer me llevan ante su cadáver y me obligan a meterlo en el cajón. Tenía el brazo izquierdo completamente partido. Cuando lo levanté estaba rígido. Su cuerpo estaba acribillado a balazos pero no se veían las heridas por la ropa que llevaba puesta. Cuando leí la noticia sobre el asesinato del Che en El Tribuno de Salta, no lo podía creer.

–Con motivo de su muerte se publicaron fotos de la boda del Che donde usted estaba.

–Un preso salteño me reconoció en una foto donde estaba con barba y uniforme: “Este sos vos”, dijo. Yo estaba cagado. “Si fuera ese tipo, el alcalde tendría que pedirme audiencia”, contesté. Al tipo le decían “el Indio”; se calló la boca. Lo recordé en la entrevista que me hicieron en Salta (N. d. R: durante el rodaje de Alberto Castellanos, la vanguardia del Che en Orán). Si está vivo, sabe que lo estoy mentando y reconociendo que no me delató.

–Finalmente, lo liberaron el 14 de diciembre de 1968.

–Salí en libertad condicional a las dos de la tarde. Me llevaron a la policía, a Inmigración. Querían deportarme a Perú. Como no tenía documentos, mis abogados lograron un permiso para presentarme al día siguiente. El abogado Farat Salim organizó un “motivito” allí y salimos con el doctor Gustavo Roca y el doctor Horacio Lonati. Llegamos a Córdoba al amanecer. Al día siguiente ya estaba en manos del Partido Comunista Argentino. Con una cámara fotográfica que habíamos logrado meter en la cárcel me sacaron una foto y me hicieron la cartilla de colimba. Salí con ese documento para Buenos Aires el 17 de diciembre, escoltado por un agente del PC. Antes de llegar a la Terminal de Buenos Aires nos bajamos. Fuimos a una cafetería, el agente llamó por teléfono, vino un auto con un chofer y una muchacha y me llevaron a otro lugar. Volvieron a llamar, vino otro auto con otro chofer y otra muchacha y me metieron en una casa de familia. El 24 de diciembre del ’68 cruzamos el Río de la Plata.

–...Y su familia se enteró de la misión en Argentina diez años después.

–Una de mis hijas había empezado a estudiar ruso en los Camilitos. Un día me dice: “Papi, ¿cómo se dice ‘jugar’ en ruso?”. Le dije que no sabía ruso. “¡Papi, mira que eres bruto! ¡Cinco años en la Unión Soviética y no sabes hablar ruso!”, respondió. Aquello me hirió tanto... Entonces senté a las mellizas y a la madre. Les dije que no podían contar nada de lo que iba a decirles porque, hasta que no lo dijeran oficialmente, era secreto. Terminada la historia sobre Argentina salimos llorando los cuatro.

–Hay quienes señalan que haber llevado la guerrilla a Salta fue, al menos, una utopía del Che.

–¡Ninguna utopía! Estábamos creando las condiciones para cuando él llegara. Teníamos órdenes de tratar de no combatir, explorar el terreno y no incorporar a ningún campesino mientras no estuviéramos combatiendo. Si el Che hubiera llegado a Argentina, o nos mataban a todos o terminábamos haciendo una gran revolución aquí. El tenía una gran confianza en la juventud. Ustedes estaban muy politizados y lo hubieran seguido sin dudar.

–¿Cuáles fueron sus sensaciones durante este regreso a Argentina?

–Sentí una emoción muy grande. Conocía Argentina por dentro pero no por fuera. Fui a la Quebrada (de Humahuaca) en Jujuy y a Chaco. Conocí el Paraná. La ciudad de Salta y la de Jujuy se parecen a Las Tunas, donde nací. La Habana se parece a Buenos Aires, con su bullicio y su gente en las calles. Los caribeños y los sudamericanos tenemos características similares, no somos europeos. Regresé a la cárcel y recordé cómo era la celda, la comida. En Orán me acordé cuando pasé por el río Bermejo, con el agua hasta la cintura y el fusil en la mano. Me emocioné en la selva cuando entramos por un terraplén hacia un sitio boscoso parecido al lugar donde había estado. ¡Figúrate, a tantos años! La otra vez había llegado como guerrillero, escondido. Ahora llego filmando, como artista.


miércoles, 14 de diciembre de 2011

Un contable neonazi mata a dos senegaleses en Florencia

La barbarie del racismo asesino volvió a aparecer ayer en Italia, tras el ataque a un asentamiento gitano en Turín el sábado. También asomó el negro rastro del fascismo, siempre latente en el país que lo inventó. Fue en pleno centro turístico de Florencia, a 200 metros de cumbres de la civilización como el Duomo. Un simple contable de 50 años, Gianluca Casseri, con un lado oscuro de ideas neonazis, escritor de fantasías esotéricas, resultó ser un Breivik italiano. Casseri irrumpió a tiros al mediodía con una Magnum 357 Smith & Wesson en un mercadillo de senegaleses de la ciudad. Mató a dos e hirió gravemente a otro. Huyó en su coche y a las dos horas reapareció en otro mercado del centro, en la plaza de San Lorenzo, donde hirió a otros dos senegaleses, que anoche seguían en estado grave. Tras sembrar el pánico, volvió a su vehículo, aparcado en un garaje público, y al ver a la Policía se pegó un tiro.


Este hombre, que llevaba poco tiempo en Florencia y siempre había residido en un pueblo de los Apeninos, vivía en dos planos paralelos, según reflejan sus escritos. En una realidad aburrida y en un demencial mundo interior. Parecía alguien normal, pero su trágica catarsis en la vida real habría empezado con una discusión en Piazza Dalmazia con unos vendedores africanos. Volvió al cabo de un rato y dejó su Volkswagen Polo blanco en doble fila. Entonces sacó el arma y disparó contra ellos. Al irse un quiosquero le salió al paso pero él le apuntó y dijo, según testigos: «Si fuera tú no lo intentaría». A las tres reapareció en pleno centro, pistola en mano, a la búsqueda de africanos y terminó su jornada de horror. La masacre desató una ola de dolor en la comunidad senegalesa de la ciudad, que improvisó una marcha de protesta con momentos de tensión. «Italia racista» o «Malditos italianos» fueron algunas consignas. Autoridades municipales acudieron a su encuentro y calmaron los ánimos. El alcalde decretó el luto. El resentimiento llegó a tal punto entre los africanos que no se creían que el asesino había muerto y la Policía aceptó llevar a un representante de la comunidad a ver el cadáver con sus propios ojos.

El rostro de la locura

¿Quién era este loco? Casseri frecuentaba el centro de extrema derecha Casa Pound en Pistoia, organización controvertida, muy activa y con sedes en toda Italia. Son «fascistas del tercer milenio», pero ayer repetían en su web que «la xenofobia no está en nuestro ADN». Un portavoz, que describió a Casseri como alguien «muy cerrado», aseguró que solo era un «simpatizante». Dijo que no pueden pedir «un certificado de salud mental» a todos los que van por allí. No obstante, Casseri escribía en su web sobre Romualdi, teórico neonazi, daba lecciones sobre cómics y había sido identificado en dos manifestaciones no autorizadas.
 
 

La Diputación de Gipuzkoa secundará el viernes el ayuno por los presos

Ugarte ha anunciado hoy que el Consejo de Diputados se sumará a este ayuno, que se celebra como preludio a la movilización cDONOSTIA-. La portavoz foral, Larraitz Ugarte, ha explicado en una rueda de prensa que todos los cargos políticos de la Diputación de Gipuzkoa se sumarán el viernes al ayuno rotatorio por los presos que se celebra desde ayer en el campus de Ibaeta.




Ugarte ha anunciado hoy que el Consejo de Diputados se sumará a este ayuno, que se celebra como preludio a la movilización convocada para el 7 de enero en Bilbo por Egin Dezagun Bidea.



La iniciativa concluirá el día 18 y se organiza en turnos de 24 horas. El lunes iniciaron el ayuno los sindicatos y este mediodía han tomado el relevo las asociaciones juveniles.



En los próximos días continuarán con el ayuno estudiantes y profesores, mujeres del movimiento feminista, representantes de partidos e instituciones y movimientos sociales y populares.

onvocada para el 7 de enero en Bilbo por Egin Dezagun Bidea.
 




Nazi-fascistas: Delincuencia consentida (cuando no propiciada)

x Miguel Ángel Llana

No es sorprendente que las denominadas autoridades sean tan permisivas con las manifestaciones xenófobas de los ultras que circulan libremente, e impunemente, por las calles




Abundan las pintadas con símbolos nazi-fascistas que llevan meses, cuando no años, en numerosas paredes de cualquier ciudad, sin que las "autoridades" hagan nada ni por perseguir a sus autores o simplemente por borrarlas. No sucede así con los carteles que las organizaciones sociales (legales, por supuesto) pegan para reivindicar cualquier derecho o anunciar cualquier movilización aunque esta sea legal y haya sido autorizada.

¿Por qué esto es así? La pregunta es tan retórica como trivial la respuesta. Tanto los grupos de ultraderecha como los grupos nazi-fascistas son legales de hecho e incluso de derecho, y muy gorda y mucha alarma social han de causar para que las llamadas autoridades intervengan, y me refiero a las autoridades administrativas, políticas, policiales, judiciales o incluso hasta las religiosas que bien se hacen oír en otras ocasiones.

Así ocurre que no es sorprendente que las denominadas autoridades sean tan permisivas con las manifestaciones xenófobas de los ultras que circulan libremente, e impunemente, por las calles y hacen en estas lo que sus bajos instintos les dictan. No es sorprendente, porque estos ultras no ponen en peligro el "sistema", no amenazan al sistema (neoliberal) sino que, al contrario, lo defienden y perpetúan.

No se entiende bien, o sí se entiende más que de sobra, que las autoridades desplieguen a decenas o a cientos de antidisturbios para moler a palos a los participantes de una manifestación pacífica, bien sea de trabajadores, de estudiantes o de cualquier otro movimiento social y, sin embargo, protejan, acompañen y propicien implícita y hasta explícitamente a estos grupos de salvajes dispuestos a llegar hasta el asesinato de los que ellos consideren oportuno. Pero claro, estos no son terroristas, es decir, no causan terror al Estado neoliberal montado por el PSOE-PP y sus socios de turno.

Lo dicho, los nazi-fascistas no son peligro alguno para el "sistema", para su sistema, sino todo lo contrario, son las bandas que se encargan de aterrar -haciendo las veces de los antidisturbios- a los grupos o sectores sociales críticos y a todos los movimientos sociales, a indigentes, a gays, a inmigrantes y a cualquiera que simplemente, por cualquier razón, no sean del agrado o del ideal nazi-fascista.

Los ejemplos abundan, sobran. Y la policía aplaude.

extraido de : http://www.lahaine.org/

lunes, 12 de diciembre de 2011

Alpedrete * Madrid


Medio centenar de nazi-fascistas se dieron cita anoche en Alpedrete para impedir el paso al actor Willy Toledo, que asistía a la presentación del libro «Razones para la rebeldía», en el Bar «La Marmita».

El grupo recibió al actor con gritos de «que viva españa», «etarra» e «hijo de p...». Minutos antes de su llegada, sobre las 21.15h, desplegaron una pancarta con el lema: «Recuerda las víctimas del terror. Ni olvido ni perdón».

Además, los ultras pusieron pegatinas en la fachada del bar donde se celebraba la presentación. Entre las pegatinas figuraban carteles de la cruz gamada, y frases como «Os vamos a matar» junto con A.R. (Alpedrete Resiste) conocido grupo nazi-fascista.

Policia municipal y Guardia Civil se personaron en el lugar y montaron un cordón policial para alejar al grupo nazi-fascista de la zona. Ninguno de los nazi-fascistas fue detenido.


Noticia : Sare Antifaxista

jueves, 8 de diciembre de 2011

Fiesta Solidaria


Este Sábado 17 tod@s al Old School!!



En la fiesta se sorteará una cesta con productos navideños, y algún regalo mas de consolación.,



También habrá bocadillos por si entra el hambre, y torneo de futbolín.



La fiesta empieza a partir de las 21:30, y el torneo de futbolín sobre las 22:30.



Todo el mundo que esté interesado en participar en el torneo que mande un mail para inscribirse al mail: baf_valladolid@hotmail.com



El precio de la inscripción es de 2 euros, mas el precio de las partidas de futbolín que se jueguen.



El que gané tambien tendra un buen regalo!!



Todos los beneficios irán destinados a sufragar gastos judiciales!!






lunes, 5 de diciembre de 2011

[Burgos] Sábado 3 de Diciembre

Aquí unas fotos del concierto del sábado en Burgos,agradecimientos a la gente de Resaca Castellana que como siempre se portaron de puta madre y a los grupos que tocaron. (Die Barrikade,Rajando Timbales,Protervia,A Quemarropa  y Non Servium) 



No fue para nada de agradecer la presencia de la guardia civil a las entradas/salidas del concierto, incluída su presencia a la salida de la carpa. A.C.A.B.

viernes, 2 de diciembre de 2011

jueves, 1 de diciembre de 2011

El fiscal rebaja dos años la pena a un maltratador que rompió los dientes a su pareja porque eran una prótesis

  • El ministerio público esgrime un artículo del Código Penal que prevé esa atenuante
El fiscal y la acusación particular han rebajado la pena de 5 a 3 años a un hombre juzgado hoy en la Audiencia de Alicante por romper los dientes (tres incisivos) a su pareja de un puñetazo porque las piezas no eran originales, sino una prótesis dental.Las acusaciones han optado por esta atenuante, prevista en el artículo 148.4 del Código Penal, tras el informe del médico forense que ha constatado que los dientes rotos de la mujer eran protésicos. El perito ha señalado que, aunque existió lesión, la víctima ya arrastraba un perjuicio estético anterior, derivado de la sustitución de una pieza dental original por otra artificial.
Los hechos ocurrieron en agosto de 2009 en el domicilio que entonces compartía la pajera en Torrevieja. Según el relato de los hechos del fiscal, la mujer regresó, junto con un hijo, de un parque a la casa, donde le esperaba el agresor en estado nervioso y con el móvil en la mano.

El hombre recriminó a la mujer que había visto en el móvil varias llamadas de un amigo de ésta y acto seguido le propinó un puñetazo en la boca. Luego, la cogió del pelo, y la arrastró por la casa. Todo ello en presencia del menor. La víctima logró escapar y llegó hasta el cuartel de la Guardia Civil, con los dientes y con un mechón de su cabello arrancado en la mano.

En la vista oral, el acusado Luis S. Q, que ya había sido condenado en 2006 por otro delito de violencia machista, se ha negado a declarar ante el tribunal que lo ha juzgado hoy. No obstante, en la fase de instrucción sí reconoció los hechos y dijo que golpeó con el revés de la mano a la mujer.

Noticia aquí
Ya vemos de que lado están los componentes de nuestro sistema,perdón,gran sistema judicial! 
Ánimo a la agredida,y nuestro odio hacia ese cabrón.

LIBERTAD DETENIDOS EN GALIZA,YA!

Bueno poco a poco vamos sabiendo cosas de los detenidos en Galiza,no vamos a entrar en valoraciones y demás para evitar perjudicar a la gente,esto es una opinión personal,por varios temas y cosas que a ellxs nos une.
Todo esto me hace recordar a algo parecido que pasó en Burgos hace algún tiempo,la prensa ya se ha encargado de juzgarlos,llamándolos terroristas,sacando apodos y antecedentes que no vienen al caso.
Esta noticia a caído como un jarro de agua fría en todos los sitios,y a mipersonalmente por ciertas cosas(pongo a mi,pero a más gente de nuestro entorno también)y esto te hace dar vueltas a la cabeza y te hace sentir bastante mal,por los detenidos,amigos y familiares.
Sabemos en lo que estamos metidos,que es algo muy complicado y cuando al estado le incomodas,dices cosas que no les gusta y no piensas como su absoluta mayoria te van a quitar del medio como sea,aun que sea jodiendote la vida y la de tus seres queridos.
Solo nos queda mandar todo nuestro apoyo a lxs detenidxs,amigxs y familiares y como no pedir su inmediata puesta en libertad. Un fuerte abrazo para todxs ellxs.
BASTA YA DE REPRESIÓN,MONTAJES POLICIALES,CRIMINALIZACIÓN DE LA JUVENTUD REBELDE Y AGRESIONES.
PUTA ESPAÑA