martes, 26 de julio de 2011

Una historia de tolerancia.

"Estaba comiendo con un amigo y con mi chico, tan tranquilos, hasta que el señor de la mesa de al lado dio un golpe y se puso a gritar: ‘odio a los maricones, no tengo por qué aguantar esto, yo pago mis impuestos'", cuenta Arturo. "Pues yo soy maricón, estoy orgulloso de serlo y también pago mis impuestos", respondió uno de sus acompañantes. "Yo entonces, le di un pico, sin lengua ni nada, porque no podía creerme que aquel comentario fuera en serio", continúa el agredido.
[...]
"No sé cómo se puede castigar legalmente una agresión de este tipo pero espero que pague el máximo posible". Así de rotundo se muestra Arturo C., homosexual de 32 años, al referirse al hombre de 53 años que este domingo le lanzó una taza de café a la cabeza por haber besado a su "chico" en un restaurante del centro de Madrid. ¿El resultado? Cuatro puntos en la frente para él y una noche en el calabozo para su agresor.
Extraído de: Diario Público
Aún no se como pueden existir este tipo de personajes. ¿ Dónde está la tolerancia y el respeto que dicen tener este tipo de personas ? Con estos retrogrados es con quien no hay que tener nada de tolerancia. Ninguna agresión sin respuesta. 
Todo el apoyo para el agredido.

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